Calaverita de azucar

Calaverita de azúcar

Un día de muertos como hoy
Estaba Ivone sentada en su balcón,
Cuando de repente y de la nada
Se le apareció la blanca calaca,
Vestida de gala
Pero aún así muy flaca.

La huesuda se aproximó a la niña
Con la mano erguida y muy decidida,
La señaló con su flaco dedo
Y le dirigió unas palabras con esmero;
Ese día era la mejor ocasión
Para tratar de llevarse a la niña al panteón.   

Temerosa y desconfiada
Ivone se quedo sentada,
Mientras la muerte contemplaba desesperada
Como su primer plan fracasaba,
Ya que era el mayor de sus anhelos
Tener a la niña en el mundo de los muertos.

Su siguiente movimiento fue sencillo
Tentarla con su difunto gatillo,
Pero a pesar de su pena y dolor
Ivone se negó con fervor,
La huesuda sin otra opción
Optó por su última solución.

De la nada apareció un chocolate
Y se lo enseñó muy galante,
La niña la miró con atención
Y al dulce que le ofreció,
Que sería todo suyo
Si la seguía con disimulo.

Ivone estaba en problemas
La muerte le ofrecía una docena;
Le resultaba difícil negarse
A un manjar semejante,
Ya que la gula era su pecado
Solía  dejar ni un bocado.

Sabiendo que se arrepentiría
La niña se puso de pie con energía,
Se colgó del brazo de la calaca
Y le dijo a la muy flaca:
Que la acompañaría a donde quisiera
Dependiendo de la golosina que le ofreciera.

La muerte feliz hasta los huesos
Resultó recompensada por sus esfuerzos.
En cuanto a Ivone
No se volvió a ver por su balcón,
Pero por ahí se comenta
Que la niña ya esta muerta.

Noviembre 2009