Gamma Dragon Pt2 Cp10 Pg2

Gamma Dragon
Parte 2
La joya y la gema

Cap. 10  Levi


– ¡Hey, amigos! –soltó Levi denotando su despreocupación en su voz –. ¿Cómo están?

Ninguno de los desconocidos contestaron, solo cruzaron sus brazos y fruncieron más el seño.  Otro hombre, totalmente diferente a los primeros, se aproximó a Levi y a Faux con gran aire de superioridad;  resultaba sorpréndete que pudiera caminar siendo un hombrecillo escuálido, viejo y jorobado, ni siquiera sus ropas finas y joyas le mejoraban el aspecto.  

– ¡Charles! –exclamó Levi aun con una sonrisa en su rostro –. Es bueno saber que aún se mueve. ¿Cómo ha estado? ¿Qué cuenta la familia?

Los comentarios del ladrón no parecían simpatizar al hombre, además de estresar a Faux. No era tan tonto como decía Levi para darse cuenta que la situación no pintaba para bien.

–Bien, gracias por preguntar –dijo el hombrecillo con una chirriante voz pero claramente irritada –. Siempre tan considerado. Espero que seas igual de considerado para entregarme mi oro.

–Fíjate Charles que hay una pequeña dificultad con tu oro –le informó Levi sin perder su sonrisa –. Ya lo tenía pero… –miró rápidamente a ambos lado hasta que se enfocó en Faux, le pasó el brazo sobre los hombros y lo acercó al hombrecillo – mi amigo Faux aquí  presente, tenía la gran necesidad de visitar a su madre y yo como alma caritativa le preste el oro.

–Oh, así que gastaste… –el hombrecillo se detuvo en seco con la mirada perdida –. ¡Olivia! –exclamó tronando los dedos.

Una joven que había estado ocultándose detrás de uno de los guardias, corrió hacia Charles con un montón de hojas entre sus brazos. Era linda, aunque perdida y para nada brillante.

–El pagare del señor Levi –le pidió su jefe extendiendo la mano. La chica revoloteó los papeles y le entregó el que quería –. ¡Ah, eso es! Dos mil en oro –agregó acercándose el papel hasta la nariz –. Entonces gastaste dos mil en oro en un viaje para tu amigo.

–Es que a mi amigo le gusta viajar con clase.

–En realidad esperas a que me crea esa mentira.

–Sí ¿Es enserio? –dijo Faux dirigiéndose al joven que aún lo sujetaba por los hombros.    

–Mira Charles –continuó Levi empujando a Faux hacía atrás –, el punto es que no tengo el oro.

–De acuerdo –el hombrecillo volvió a tronar los dedos. Sus guardias dejaron sus posiciones y avanzaron hacia ellos tronando sus dedos o desenfundando sus puñales –. Mátenlos a ambos.

– ¡¿Yo por qué?! –soltó Faux.

– ¡Charles, recuerda que no te valor muerto! –por primera vez Levi parecía tomarse las cosas enserio –. Solo necesito un poco más de tiempo y tendrás tu oro.

Charles dio una orden a sus hombres para que se detuvieran.

– ¿Cuándo?

–Más pronto de lo que crees.

– ¿A sí?

–Sí. Tengo planeado un golpe para esta misma noche –le explicó Levi pero aun Charles no parecía muy convencido así que agregó –: Es por ello que me acompaña mi cómplice – indicó a Faux.

– ¡¿Qué?!

–Bien, pero más vale que tengas mi dinero para mañana o si no mandare matar a ambos.

– ¡¿Qué?!

*******


– ¿Qué es lo que hice? –Faux se preguntaba así mismo –. ¿Qué horror cause en mi vida pasada para que sufra esto?

–Ese es la clase de pesimismo que necesitas para este momento – le dijo Levi con sarcasmo –. Ahora cállate.

Se encontraban ocultos tras unos arbustos sobre una pequeña loma, sumergida en la oscuridad de la noche. Debajo de ellos se apreciaba con claridad la mansión del único hombre rico de Lé-nne

– ¿Cómo termine en esto?

– ¡Deja de lamentarte! Si lo vez de otro punto de vista, tal vez ayudarme a no perder la cabeza sea tu forma de revindicarte.

– ¡¿Robando al alcalde?!

–Hey, tampoco es el gran santo –le informó Levi –. Es asquerosamente corrupto. Vive a las afueras de la ciudad porque teme las repesarías de los ciudadanos –por un momento Faux se sintió menos culpable hasta que –: y alejarse de los ataques de dragones.  

Era una esplendorosa noche, algo calida para la temporada. El cielo despejado, brillaba con la intensidad de la luna y miles de estrellas. Una ligera brisa fresca era el único recordatorio de la estación, y de alrededores emanaba una quietud más profunda que en un cementerio.

–Aún así no tengo por que cooperar –insistió Faux cada vez más desalentado.

–Está  bien, no lo hagas –dijo Levi sin importancia –. Solo le digo a Charles que todo lo hice solo, y siendo uno de los líderes del bajo mundo más ricos del continente, no tendrá problema de encontrarte y matarte.

– ¡Oye tu…!

–Si no rascas mi espalda, no rasco la tuya –susurró Levi alejando por primera vez la vista de la mansión.

– ¡Eres un…! –Faux no terminó su ofensa ya que el ladrón lo empujó del hombro para ocultarlo entre los arbustos.  Un par de guardias que recorrían las faldas de la pequeña loma, se habían aproximado demasiado.

–Si haces que nos descubran –le murmuró Levi –, no tendrás que preocuparte de Charles, porque yo mismo te matare.

Poco a poco lo guardias se alejaron dejando de nuevo la loma en una sepulcral quietud, solo cuando estuvieron completamente seguros que los vigías se habían marchado, Faux y Levi se atrevieron a salir de su escondite.

–Creo que me estas tomando el pelo –Faux continuó la discusión mientras que recorrían la loma a una mejor posición –. Si ese tal Charles es quien tú dices ¿Qué demonios hace en un basurero como Lé-nne?  

– ¡Yo pensé lo mismo! –soltó Levi algo exasperado –. Pero aún así me encontró. Este lugar esta excelente –agregó indicando un grupo árboles que comenzaban a perder sus hojas –, es una mejor vista. Ahora solo hay que esperar el cambio de guardia.  

– ¡Espera! Déjame ver si entiendo –exclamó Faux –: Le debes dinero a un líder del bajo mundo, huiste con intenciones de no pagarle y ahora asaltaras la mansión del alcalde para salir de la deuda ¿Acaso estás loco?

–Eso es lo que dicen de las mentes brillantes, además no tiene mucho peso si viene de un sujeto con tremenda deficiencia mental para regresar a un poblado al que timo.

–Y… –masculló Faux –. ¿Cómo sabes eso?

–Cuando vives como yo, acostumbras saber quién es el enemigo público numero uno.

–Para tu información no vine aquí por gusto, me forzaron.

– ¿Por qué te ensañas conmigo? Deberías estar molesto con aquellos que te trajeron de vuelta.

– ¡Ellos no sabían nada!

–Entonces no son tan amigos.

– ¿Qué? Tú…–balbuceó Faux tratando de formar una oración con sentido –. ¡Basta, no sabes nada de mí!... y ellos tampoco –agregó mas para sí. Nunca lo había visto de esa forma, sus amigos, sus compañeros de viaje ignoraban tantas cosas sobre él; y no fuera porque desconfiara de ellos, sino porque él mismo tuvo la suficiente fuerza para decir la verdad.

Era cierto que cada uno guardaba sus secretos, pero los suyos estaban ocultos tras un muro de mentiras que había elaborado durante tanto tiempo, que había olvidado que se escondía detrás de él.

Hubo una pausa silenciosa en la que Levi detectó el conflicto mental de joven, ya que pronunció las primeras palabras después de unos largos cinco minutos:

–Eres tú el que no sabe quién es.

– ¿Qué quieres decir?

– Te encuentras perdido –agregó casi en carcajadas.

– ¡Eres un maldi…! –pero Faux no terminoó su insulto ya que Levi le sentó un codazo en el estomago que lo dejo sin aire.

–Idiota –le murmuró Levi vigilando los alrededores –, la guardia no está lejos. Voy a decir esto solo una vez para que te calles, porque no voy a dejar a un imbécil arruinar mi trabajo: Tus malditos conflictos me importan un bledo, que seas un perdido no es mi problema; tengo muchos y propios para escuchar los de alguien más. Y por si no lo sabes: toda maldad vuelve a nosotros sin importar cuánto huimos de ellas (si yo sabré de ello), que solo nos queda darle la cara y cometer una estupidez para salir de ellos –le hecho una mirada a Faux antes de continuar –: Y ahora que ya puedes respirar, sígueme. Comenzó el cambio de guardias.

Levi salió detrás de los árboles de un solo brinco sin dejar de vigilar los alrededores, se descolgó un arco y carcaj que cagaba en el hombro y se lo pasó a Faux tan pronto como este se reunió con él.

–Ahora sube al árbol –le ordenó al desconcertado joven – y apunta a la segunda estatua de la derecha. Y ata bien la soga –agregó lanzándole sobre la cabeza una gruesa cuerda.

– ¿Qué?

–Por una vez, cállate y solo hazlo –era claro que Levi luchaba con todas su fuerzas para no gritar        

–Pero…

– ¡Muévete!  

Levi lo empujó del hombro contra el árbol. Faux dudo un instante con el arma y la soga en las manos, pero pronto se vio a sí mismo subiendo entre las ramas del árbol hasta una altura considerable.

–Más arriba –le pedía Levi en algo entre susurros y gritó –: La soga debe quedar en ángulo.

Faux trepó hasta la rama más alta y que pudiera sostener su peso. Tratando de no perder el equilibrio sujetó la rama fuertemente con los muslos y preparó la flecha y la soga, para la difícil tarea. Durante toda la escalda su mente se había bloqueado, pero con el arco en sus manos, apuntando al objetivo, su cerebro por fin despertó de aquel trance en que se había sumergido.    

– ¿Qué demonios estoy haciendo? –se preguntó mentalmente.

Antes de que se contestara así mismo, una oleada de imágenes parecieron ante sus ojos: el bosque de Cloris en llamas, la cabeza del Señor del Bosque sobre el césped, el bulto de cenizas que una vez fue Overcast,  la muchedumbre encabezada por Romu,  las lagrimas que recorrían las pequeñas mejillas de su hermana…

– ¡¿Qué estás haciendo?! –bramó Levi como desesperado al ver que Faux bajaba el arco –. Se acaba el tiempo ¡Concéntrate!

La voz furiosa de Levi sufrió una transformación para los oídos de Faux. Podía escucharla como si la tuviera a su lado, la voz de Even (iben) dándole instrucciones.

–Concéntrate –recordaba a la aquera de Skatha –, deja atrás el mundo alrededor y enfócate en tu blanco.  

Faux le hizo caso a la voz de su cabeza  y comenzó a ignorar su alrededor: la brisa ligera, la música de los grillos, la presión sobre sus piernas, los reclamos de Levi; y solo se enfocó en la horrorosa estatua del balcón.

–Imagina tu blanco –le aconsejó la voz de Even en su mente. Cerró por un momento los ojos tratando de enfocar sus ideas, cuando al fin los abrió incrustó perfectamente la flecha en la frente de Isteban que suplantaba a la fea estatua.

–Buena puntería –dijo Levi.  Faux lo descubrió ya trepado en la rama contigua –. Y no se te olvido la cuerda. Bien, hay que cruzar antes que nos vean.

– ¿Qué?

– ¿Acaso es tu palabra favorita? –masculló el ladrón antes de colgarse de la soga y deslizarse hasta el balcón.

Aún no tan convencido, Faux lo imitó y cayó pesadamente sobre el frió piso del balcón de la mansión, justo a lado de Levi, quien examinaba el flechazo en la cabeza de la estatua.

–Vaya, que lo hiciste bien –dijo mientras intentaba fallidamente de retirar la flecha de la frente de la estatua –. Sirves para algo más.

– ¿Para qué? –dijo Faux al ponerse de pie y sacudirse la tierra.  

– ¿Eh?

–Dijiste que sirvo para algo más ¿Para qué sirvo, aparte del flechazo?

El suelo repentinamente comenzó a retumbar ante una marcha que se acercaba, las puertas del balcón se abrieron de par en par de un solo golpe dejando el paso libre a cuatro guardias armados con lanzas.

– ¡Ladrones! –gritó uno de ellos.

–Para que te atrapen en lugar de a mí –dijo Levi con tranquilidad.

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